domingo, 15 de abril de 2012

transeunte

2.1 Resumen


El poeta urbano canta a sus conciudadanos, personajes anónimos, una multidud de seres que se cruzan en sus quehaceres diarios sin conocerse mútuamente, sin interesarse los unos por los otros ; el estigma de la ciudad los marca. Esa marca es la indiferencia, o el “horror de indiferencia”. eEl poeta ve pasar a una mujer y es “aniquilado” por ella con su mirada. El contacto entre el hombre y la mujer es único y verdadero, pero también es el último. El mundo moderno es el mundo de la velocidad, del desfallecimiento, donde los que presencian de la belleza también deben conformarse con su fugitivo paso


2.2 Aspectos formales


Nos encontramos un poema rápido y ágil. En la primera estrofa  encontramos un desprecio a la ciudad, "La calle, aturdida, aullaba a mi alrededor". Pero de repente aparece una mujer, de la cual se desprende un aura de belleza, aunque a la vez esa belleza proviene del dolor y el luto, hay encontramos el dualismo tan característico en Baudelaire. El autor empieza a decirnos  la fugacidad de la belleza, que se le escapa, por medio de la sinestesia "Pasó una mujer a mi lado, con mano fastuosa". En la segunda estrofa se compara la belleza con la pureza de una estatua, pero resalta la contraposición del verbo pasar y el adjetivo ágil, con la inmovilidad de la estatua,lo que nos supone esa belleza como efímera, y que no se pierde, pues queda grabada en la mente del autor, y está idea se desarrolla en el resto del poema. En esta estrofa se vuelve a comparar la  belleza con lo divino y lo maligno,se nos muestra más intensamente, pues el autor consigue un grado de inspiración más grande con esta mujer, "Mi alma no cesaba de beber de sus pupilas".En la tercera estrofa nos embarga la tristeza, pues la mujer a pasado ya de largo y el poeta marca aun más el tiempo pasado de los verbos, lo que nos da la sensación de algo ya muy lejano. "Un relámpago.....¡Y ya la noche!- Belleza fugitiva". En ese instante podemos comprobar como el poema se empieza a perfilar de a ver contemplado una belleza que era capaz de alegrar el alma, a una tristeza por el paso del tiempo y la decadencia de las cosas. La estrofa termina con una mención a esa vida después de la muerte, en la que Baudelaire espera volver a encontrar a esa mujer y poder contemplar una vez más esa belleza.



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